sábado, 13 de mayo de 2017

¿Por qué el botón de oro brilla como el oro?


Los aficionados que nos pasamos todo el tiempo fotografiando flores sabemos que hay colores imposibles de plasmar en la foto, como los amarillos brillantes de los ranúnculos y los rojos exultantes de algunas rosas, geranios o amapolas. Para apagar los destellos que queman la foto podemos usar el truco de subexponer o de cerrar diafragma en modo manual, o de oscurecerla en la edición posterior, pero eso afecta al resto de la composición salvo que seamos profesionales, que no es mi caso.

Y, mientras me tomaba mi tiempo en pruebas de diafragma y tiempo con este ranúnculo, le contaba a Begoña, para aumentar su paciencia y de paso impresionarla, que se trataba del botón de oro, un ranúnculo de brillo especialmente llamativo y a la vez muy fastidiado de fotografiar.

“-¡Es verdad, brilla como el oro! Pero.. ¿por qué brilla como el oro? Y.. ¿de qué le sirve brillar así?”. Momento redoble de tambor L

Lo aparentemente obvio
En mi afán de no defraudar, de proporcionar una respuesta medianamente inteligente y/o creíble, salí del paso suponiéndolo asociado a la presencia de una cutícula o cubierta epidérmica cerosa, como la que recubre las hojas brillantes de muchas especies, y relacionándolo con que la flor así es más visible para los insectos. Parecía obvio pero me conoce y, aunque no preguntó más, vi que había percibido mi inseguridad.

Mosqueado y curioso, y para no perder credibilidad, consciente de que una adaptación como esta, conservada a lo largo de algunos millones de años, tendría que tener una explicación física y alguna razón biológica, me he puesto a indagar y leer y ¡tachán! el resultado mola y lo expongo a continuación.

Los llamativos pigmentos
Todos sabemos que las plantas con flores necesitan que éstas sean encontradas fácilmente por los insectos, llamar su atención entre la inmensidad forestal, por lo que se han especializado en la producción en sus pétalos de pigmentos que, al filtrar la luz, reflejan los llamativos colores que les atraen.  También es conocido el hecho de que distintas especies de insectos perciben mejor unos colores, o mejor dicho unos tonos, que otros, y que esas determinadas atracciones se explican por coevolución y adaptación del sentido de la vista de los insectos y de la producción de los pigmentos florales de las plantas.

En el caso concreto del botón de otro y de otras ranunculáceas la polinización suele ser cantarófila, es decir, realizada por pequeños coleópteros devoradores de polen, como algunos del género Cryptocephalus, por lo que la planta se ha especializado en producir una gran cantidad de polen como recompensa a la visita, pero también ha desarrollado nectarios en la base de los pétalos que atraen a otros polinizadores del tipo de abejas y abejorros y otros que se encuentren ya activos al comienzo de la primavera.

¿Por qué los pétalos brillan solamente por la cara superior?
Producir los pigmentos tiene un sobrecoste de energía para la planta, y las plantas tienen que ahorrarla para concentrarse en su perpetuación. El ranúnculo y la mayoría de las plantas que crecen a ras de suelo concentran la producción de pigmento solo en la cara superior del pétalo, pues los insectos voladores suelen verlas desde arriba, presentando la cara inferior un color mucho más apagado y mate, o simplemente verdoso blanquecino debido a la clorofila y al almidón, que apenas traslucen el pigmento amarillo de la cara superior.

Las extraordinaria ventaja de ser brillante
Cuando la luz incide sobre el pétalo los pigmentos la filtran en mayor o menor medida; digamos que, si solo la mitad de los fotones lo atraviesan, proporcionando de paso ese aspecto de mayor o menor transparencia, la otra mitad son reflejados en un espectro determinado por el tipo de pigmento y el pH. En el caso de las flores amarillas el pigmento es del tipo xantofilas, que ofrecen una paleta de colores que va desde el amarillo pálido hasta casi marrón. Cuanto más elevada es la concentración de pigmento más oscuro es ese amarillo y, cuanto más espacio acuoso queda entre los pigmentos, más clara y transparente aparece.

Está claro lo relativo al tono, debido a los pigmentos ¿pero y el brillo? Pues también tiene su explicación.

El grano de polen es a la planta lo que los espermatozoides son para los mamíferos: constituyen el gametofito masculino, una plantita en miniatura con la mitad de la dotación cromosómica del individuo completo, cuya misión es alcanzar el estigma del pistilo, introducir su ADN en el mismo y fundirlo con el del gametofito femenino u oosfera, que crecerá y formará el embrión de la semilla, capaz de producir una nueva planta.

¿Y qué tiene que ver esto con el brillo? Mucho. El brillo del botón de oro es una adaptación de la flor para aumentar su visibilidad pero, sobre todo, supone una ventaja para proteger a los gametos masculinos del frío, que puede ser letal. 

Muchas flores se cierran por la noche como medida de protección contra el frio, y de paso son a veces aprovechadas también como refugio nocturno por varias especies de insectos que, mientras pernoctan, se impregnan de polen que llevarán a otra flor facilitando la polinización cruzada. Pero hay días de principio de primavera en los que, a pesar del frío, hay muchos insectos trabajando, y el botón de oro, que está en su momento, tiene que estar abierto y receptivo, y continuar manteniendo sus gametos vivos y fértiles durante varios días. 

¿ Una solución? Ha especializado la forma de su pétalos y ha abrillantado su superficie interna de forma que, en conjunto, componen una campana parabólica que funciona como un espejo de reflexión, concentrando la luz reflejada en el ápice de los estambres, que es donde se encuentran las anteras con el polen. Este calor adicional es un plus para la conservación de su fertilidad con bajas temperaturas, un auténtico minihorno solar.

Para reflejar la luz con suficiente intensidad necesitan ese brillo especial, y lo consiguen gracias a que las células epidérmicas de la cara superior del pétalo son extraordinariamente planas, sin irregularidades o resaltes apreciables entre ellas, y con una elevada concentración de pigmento que no deja espacios acuosos visibles en el jugo celular. Una flor realmente lustrosa.

. . .


Parece que por fin la he convencido pero, tal como me imaginé (juro que es así) la pregunta que me hizo después fue exactamente la que yo esperaba: “..Oye y.. ¿por qué brilla el oro? y, ya de coña,  ¿para qué le sirve?” Son ya 43 años juntos y no, no tiene remedio.

La respuesta a la primera le he dicho que la estaba preparando, pero que si quería anticiparse podía ver este enlace http://www.vozpopuli.com/next/explicacion-cuantica-brillo-oro_0_991101999.html que acerca a la ultimísima explicación de la física cuántica sobre esa propiedad electromagnética de ciertos metales (y que, dicho sea de paso, me va a ser jodidamente difícil entender). 

Respecto a la segunda, el “para qué”, creo que no ha colado porque es muy cabezota, pero pienso que la que le tenía preparada es la correcta: al oro no le sirve para nada brillar porque es inerte, sin vida y por tanto sin necesidad ni dinámica de autoconservación, de reproducción o de expansión en el Universo. Si se os ocurre otra mejor o más convincente la añado  J


miércoles, 22 de marzo de 2017




El asunto de la quinoa

by Cheno

Los campesinos de Bolivia y Perú, que han conservado durante milenios la diversidad y calidad de la quinoa, han sido seriamente damnificados a partir de la desmesurada demanda de consumo de este producto desde el Primer Mundo; hasta tal punto que tienen dificultades económicas para seguir consumiendo este recurso o para seguir viviendo del mismo. Se trata efectivamente de un superalimento de propiedades extraordinarias, que podría tener un papel clave en la seguridad alimentaria si no obligásemos a aquellos países a exportar la mayoría de su producción o si, en todo caso, abriésemos canales de ‘comercio justo’ y/o fomentásemos la Agroecología.





La quinoa es uno de los cultivos más antiguos del área andina de Sudamérica, con aproximadamente 7.000 años de antigüedad (Jacobsen, 2003). El legado de este cultivo ancestral se lo debemos originalmente a culturas como la Tiahuanacota, la Incaica y otras posteriores (Bonifacio et al., 2001), habiéndose conservado hasta nuestros días por los agricultores indígenas de Bolivia y Perú (seguidos de los de Ecuador, Chile, Argentina y Colombia), y a pesar de que durante la conquista española el cultivo se llegó a perseguir por relacionarse con ceremonias y rituales “paganos” (Risi y Galwey 1984).


Origen y taxonomía


La quinoa, quinua o amaranto (Chenopodium quinoa Willd.) no es un cereal, ni siquiera un “pseudocereal”, como frecuentemente se considera, sino una planta herbácea de la familia Amarantaceae, a la que pertenecen, entre otras muchas, la remolacha (Beta vulgaris), la acelga (Beta vulgaris var. cicla) y la espinaca (Spinacia oleracea). El producto que se consume de esta planta son sus semillas, aunque eventualmente también se consumen las hojas, que tienen un valor proteico similar al de las espinacas.



El género Chenopodium L. abarca un grupo de plantas con amplia distribución mundial del que solo algunas especies se han cultivado como comestibles: Chenopodium album L. en Europa (el `cenizo blanco´ del que antiguamente se consumían sus hojas cocidas en potajes y se utilizaban sus semillas para obtener harina y preparar pan.), Chenopodium giganteum D. Don, o árbol de espinaca en Asia Central, Chenopodium berlandieri Moq. var. nuttaliae en America Central y Chenopodium pallidicaule Heller y Chenopodium quinoa Willd. en América del Sur (Maughan et al., 2006; Sederberg, 2008). 



El género incluye más de 120 especies agrupadas en 16 secciones (Aellen y Just, 1929), siendo la quinoa la más importante desde el punto de vista económico, pues reúne varias características que la avalan como el cultivo potencialmente ideal. 



Se considera que las diferentes variedades o formas de Chenopodium quinoa puede ser el resultado de hibridaciones con especies silvestres que explicarían la adaptabilidad de la quinoa cultivada, como la tolerancia a la salinidad característica de Chenopodium carnosolum, la resistencia a la sequía de Chenopodium petiolare o la resistencia al frío de Chenopodium pallidicuale (Mujica y Jacobsen, 2006). 



Debido a las adaptaciones particulares en las diferentes zonas de cultivo a lo largo de Los Andes, se reconocen cinco ecotipos: la quinoa de los valles interandinos (Colombia, Ecuador y Perú), la quinoa del altiplano (Perú y Bolivia), la quinoa de las Yungas (Bolivia), la quínoa de los saladares (Bolivia, Chile y Argentina) y la quinoa de la costa o de nivel del mar (Chile) (Risi y Galwey, 1984). 

La “Quinua Real” o "Quinoa real" es una denominación de origen controlada de Bolivia, reconocida internacionalmente por varios países. La conservación de su diversidad genética, y por tanto su adaptabilidad a diferentes condiciones de cultivo, ha permitido que en la actualidad pueda cultivarse en muy diferentes zonas del resto de los continentes.

Respecto al rendimiento por planta es bastante superior por ejemplo al del trigo: Para conseguir un paquete de quinoa de medio kilo de peso se requiere cosechar 10 plantas, mientras que para conseguir el mismo peso de granos de trigo se requieren 230 plantas. (La producción media de cada planta de quinoa es aproximadamente de 50 granos (semillas), con un peso medio de 0,9-1,0 gr/grano, mientras que cada espiga de trigo produce 50 granos en las mejores variedades con un peso medio de 0,05 gr/grano).


Superalimento 

La quinoa, que constituyó uno de los principales cultivos alimentarios de las culturas precolombinas de América Latina, sigue siendo un alimento importante para los pueblos quechua y aymara de las zonas rurales de la región andina de América del Sur. En la lengua quechua, a la quinoa se le llama chisiya, que significa "grano madre".

La quinoa se considera actualmente un recurso alimentario natural de alto valor nutritivo y energético y, por su adaptabilidad a muy diferentes condiciones de cultivo, tiene una importancia cada vez más reconocida en la seguridad alimentaria mundial, considerándose un recurso potencial de primer orden para combatir el hambre y la malnutrición global. La FAO (Cumbre Mundial sobre la alimentación, 1996) considera que la seguridad alimentaria existe cuando todas las personas tienen acceso (físico, social y económico) en todo momento a alimentos suficientes, seguros y nutritivos para cubrir sus necesidades nutricionales y sus preferencias culturales para una vida sana y activa.

El consumo de la quinoa fuera de sus países de origen se puso de moda en la década de los 70, como una alternativa ideal para los vegetarianos, que buscaban vegetales de alto contenido proteico. Pero fue la NASA quien llamó la atención mundial sobre esta planta, al considerarla en un estudio de 1993 como “superalimento” y elegirla entre las 20 mejores de las 7.000 plantas tradicionalmente comestibles; la NASA recomendaba incluirla en los Sistemas de Soporte de Vida Ecológica Controlada (CELSS) de los viajes espaciales de larga duración, por su nivel de producción, el menor requerimiento de agua para cultivarla y su mayor valor nutricional.


Valores nutricionales medios (fuente F.A.O., 2013)

Respecto a sus valores nutritivos su valor calórico, de 399 Kcal/100g, es ligeramente inferior al del maíz (408) y mayor que los frijoles (367) el arroz (372) y el trigo (392). 

En cuanto al contenido proteico (16,5 g/100g) es superada por el frijol (28,8) pero es bastante superior al del arroz (7,6), el maíz (10,2) y el trigo (14,3). Pero su gran ventaja reside en la calidad de las proteínas que suministra: las proteínas están compuestas de diferentes aminoácidos, 8 de los cuales se consideran aminoácidos esenciales porque nuestro organismo no los puede producir y son de obligado consumo, y la quinoa supera en contenido de éstos a los cereales y a las legumbres, destacando la metionina y el triptófano, que son escasos en las legumbres y sobre todo la lisina, el más difícil de encontrar en los cereales.

Comparada con los cereales presenta un contenido mayor de fibra dietética (13,6-16,0 g/100g) algo inferior al de las legumbres, y un bajo contenido de hidratos de carbono (69%, 0,0 azúcares) frente al 80% que es la media en los cereales, aunque los supera en grasas (6,3% de las que 2,0 son saturadas). Pero en la quinoa más del 50% de estas grasas son ácidos grasos poliinsaturados esenciales: omega 6 (ácido linoleico, 50,4%) y omega 3 (ácido linolénico, 4,77%), contando con un alto contenido en vitamina E (tocoferol) que actúa como antioxidante natural y conserva la calidad de estos ácidos, que son los que contribuyen a mantener la permeabilidad de los lípidos de las membranas evitando la acumulación de colesterol. 

Respecto a su riqueza en minerales es superior en promedio a la mayoría de los cereales, con valores de 13,3 mg/100g para el hierro, 926,7 de potasio, 4,4 de zinc, 249,6 de magnesio, 148,7 de calcio y 383,7 de fósforo.

También es superior fuente de vitaminas B2 o riboflavina (0,2-0,3 mg/100 g) y ácido fólico (0,078) frente a los cereales, comparable a éstos en tiamina (0,2-0,4) y solo ligeramente inferior en niacina (0,5-0,7).

Con ese valor nutritivo y por la ausencia de gluten que permite introducirla en la dieta de los celiacos, la quinoa supone una fuente de energía lenta, segura y estable, perfecta para una dieta saludable, que ayuda a disminuir el colesterol y el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, aunque es importante consumirla como parte de una comida equilibrada, con otros tipos de alimentos, a fin de obtener una buena nutrición general. 


Reconocimiento a los pueblos andinos

Veinte años después de la mención de la NASA, a propuesta del gobierno de Bolivia y con el apoyo de Argentina, Azerbaiyán, Ecuador, Georgia, Honduras, Nicaragua, Paraguay, Perú y Uruguay, así como con el respaldo de la FAO, el año 2013 sería declarado como el "Año Internacional de la Quinoa" (AIQ) “en reconocimiento a los pueblos andinos que han mantenido, controlado, protegido y preservado la quinoa como alimento para generaciones presentes y futuras gracias a sus conocimientos tradicionales y prácticas de vida en armonía con la madre tierra y la naturaleza”. 

La Conferencia tomó nota de las excepcionales cualidades nutricionales de la quinoa, su adaptabilidad a diferentes pisos agroecológicos y su contribución potencial en la lucha contra el hambre y la desnutrición. En consonancia con los Objetivos de Desarrollo del Milenio, la FAO pretendía aumentar la visibilidad del gran potencial de este cultivo para contribuir a la seguridad alimentaria mundial, especialmente en países con difícil acceso a otras fuentes de proteínas, preparar las bases técnicas y normativas para la conservación y uso sostenible de la diversidad de la quinoa en el mundo, poner en valor el papel de los pueblos andinos como custodios y conservadores de un alimento para las generaciones presentes y futuras y favorecer la cooperación internacional ente entidades públicas, privadas y ONGs valorando la importancia de desarrollar sistemas sostenibles de producción.


Un recurso alimentario frente al cambio climático

La FAO reconoce también la importancia de la diversidad genética como capacidad de adaptación de la quinoa frente a diferentes condiciones agroambientales: “ante el reto de incrementar la producción de alimentos de calidad para alimentar a la población mundial en el contexto del cambio climático, la quinoa es una alternativa para aquellos países que sufren de inseguridad alimentaria y tiene potencial para reducir la dependencia de otros alimentos básicos como el trigo y el arroz".

La FAO considera que la producción sostenible de cultivos infrautilizados puede ayudar en los desafíos a los que se enfrenta el mundo moderno, aprovechando el conocimiento acumulado por nuestros antepasados y por los pequeños agricultores familiares que actualmente son los principales productores de quinoa.

La promoción de la quinoa es parte de una estrategia más amplia de la FAO para fomentar la producción de cultivos tradicionales u olvidados, como medio de contribuir a la seguridad alimentaria.

Como organismo encargado de implementar el Año Internacional de la Quinoa, la FAO coordinó una amplia variedad de eventos y el resultado de esta actividad fue una nueva generación de proyectos de promoción de la quinua en el mundo.

La quinoa puede encontrarse de forma nativa en todos los países de la región andina, desde Colombia hasta Argentina y el sur de Chile, con casi toda la producción en manos de pequeños agricultores y asociaciones. Según datos de FAOSTAT, en el período 1992-2010 la superficie cultivada y la producción total de quinoa en los principales países productores -Bolivia, Perú y Ecuador- casi se duplicó e incluso se triplicó.

En 2009, la producción en la región andina fue de aproximadamente 70 000 toneladas.


Aparentemente todo son ventajas para el cultivo y extensión del consumo de la quinoa a nivel mundial pero ¿qué inconvenientes representa?

La quinoa ha pasado de ser un alimento casi totalmente desconocido a consumirse cada vez más en Europa, Estados Unidos y Canadá. Su cultivo se ha ido extendiendo y ahora se produce en más de 70 países, entre ellos Francia, Inglaterra, Suecia, Dinamarca, Holanda, Italia y más recientemente España. También se está desarrollando con éxito en Kenia, India y Estados Unidos.

En 2013, el 90 por ciento de la quinoa producida en Bolivia fue para exportación y, como consecuencia, su precio en el mercado interno boliviano se disparó vertiginosamente con lo que, lo que podría haber sido una oportunidad para asegurar el derecho a la alimentación, se convirtió en un nuevo filón para las empresas del agronegocio y en un tremendo golpe para la población más vulnerable, la campesina. El aumento de la superficie cultivada provocó el desplazamiento y debilitamiento de la agricultura familiar campesina que se dedicaba a la alimentación y la subsistencia.

Como indica Javier Guzmán, Director de VSF Justicia Alimentaria Global (2013) “Una vez más, queda en evidencia que la solución al hambre no está en el descubrimiento de nuevos cultivos mágicos. Se trata de un problema político. La quinoa reproduce el esquema del sistema alimentario que se ha impuesto en Bolivia y en todo el mundo. Un modelo que margina las políticas dirigidas a la soberanía alimentaria y que vulnera el derecho a la alimentación, que apuesta únicamente por grandes agronegocios basados en la exportación”. 

Este cambio de modelo ha supuesto en Bolivia que se pase de una producción de alimentos en manos campesinas -un 80 por ciento hace 20 años-, al momento actual donde el 78 por ciento de la producción de alimentos está en manos del agronegocio y es dirigida por los precios y los mercados de exportación.

En resumen, las primeras consecuencias del auge del consumo de la quinoa fueron:

1.- Precio prohibitivo para las comunidades cuya alimentación base era la quinoa. La primera consecuencia de la onda expansiva de la demanda de quinoa en el Primer Mundo ha sido una subida desorbitante de su precio, de 1 Euro/Kg en 2007 a 12 Euros/Kg en 2016. Por lo que ahora es en sus países de origen un alimento de precio prohibitivo, incluso más caro que el pollo, viéndose obligados los campesinos a recurrir a alimentos menos costosos y nutritivos para que nosotros podamos darnos el capricho de consumir su “proteína completa”.

2.- Exclusión de los pequeños productores. Nuestra demanda de productos exóticos, igual que la de productos fuera de temporada, solo pueden asumirla grandes empresas que, gracias a una gran producción fuertemente tecnificada, obtienen un margen suficiente para proporcionárnoslos a precios competitivos. Esto quiere decir que cuando no se talan bosques para obtener superficie cultivable se privatizan o expropian, por “interés nacional” grandes superficies de cultivo, y se acaparan las reservas de agua de riego, por lo que finalmente se obliga a los pequeños agricultores a abandonar las tierras que tradicionalmente cultivaban, y a cambiar de medio de vida.

3.- Incremento de emisiones de CO2 debido al transporte intercontinental. Comprar productos locales es hacer un gesto para reducir las emisiones, eligiendo un consumo medioambientalmente más sostenible sin los costes extra ambientales (y económicos) de transporte desde zonas lejanas. Según la Agencia Europea del Medio Ambiente, España ocupa el último lugar de Europa en cuanto a reducciones de emisiones desde el año 1990 hasta el año 2013 en cuanto a toneladas, y uno de los peores en cuanto a porcentaje". Después de años de descenso de las emisiones y con un acuerdo global para frenar el cambio climático recién firmado en París, España volvió a situarse en niveles de 1998 respecto a emisiones de gases de efecto invernadero.


¿Es viable un consumo responsable de quinoa, acorde con la pretendida sostenibilidad alimentaria? ¿Cuál es la opción menos mala para las comunidades que nos han legado este cultivo? ¿Y para el planeta?

Quinoa de producción española

Aparentemente la peor opción es recurrir a la quinua de importación, por las razones antedichas, y es este producto, el importado, el que actualmente reina en la mayoría de los comercios de nuestro país.

Felizmente, en los últimos años se están realizando en España los primeros cultivos de quinoa, obteniéndose ya los primeros buenos resultados en algunas regiones: Sevilla, Cádiz, Cataluña y también se está trabajando experimentalmente en su adaptación en algunas localidades abulenses y otras de Castilla-León.

Teniendo en cuenta que en Perú se cultiva tanto a nivel del mar como a 4000 m de altura, la quinoa se presenta actualmente en España como una alternativa rentable al cultivo de girasol o el maíz. Los primeros resultados son alentadores, pues hay diversidad genética suficiente para que el cultivo se adapte a nuestro clima, que podemos considerar incluso más estable que el de su origen geográfico, pudiéndose producir tanto en regadío como en secano.

Si bien la mayor parte de la producción actual española se destina a la exportación, conforme aumente la demanda en nuestro país será más fácil encontrarla en la mayoría de los comercios, y su producción y disponibilidad traerá como consecuencia que los precios regresen a niveles más permisivos, no perjudicando tanto a las comunidades americanas.

El consumo de la quinoa, al igual que el de cualquier producto que se produzca en nuestro país o en nuestra región, es más sostenible, tanto ambientalmente como económicamente: refuerza nuestra economía, resulta más económico para el consumidor pues requiere menos intermediarios y gastos de transporte, y nos permite conocer e informarnos de primera mano sobre la procedencia y forma de producción, por lo que también nos encontramos mejor protegidos legalmente.

Quedaría por arbitrar, y garantizar de forma efectiva, una compensación continuada a los campesinos que durante 7000 años han conservado y desarrollado las distintas variedades de quinoa, de cuyas semillas podemos disponer hoy y que son la razón por la que el cultivo puede realizarse en ambientes y condiciones tan diferentes.


Quinoa de Comercio Justo, y a ser posible de Agricultura Ecológica o Bio

Además del daño por la subida de precios a comunidades que tenían basada su alimentación en la quinoa, tenemos ya un escenario de hambruna mundial que va a peor, considerando que para 2050 la población habrá llegado a 9.000 millones de habitantes. Con la paradoja asociada de que los productores de alimentos básicos, los campesinos, se ven obligados para subsistir a abandonar los campos y la producción de alimentos para trasladarse a las ciudades y dedicarse a servicios y otras actividades de supervivencia. Es decir, aumentan las bocas a alimentar a la vez que disminuyen los productores de alimentos. El gran reto de la agricultura actual: incentivar a los campesinos para que regresen o no abandonen el campo, ofreciéndoles un modo de vida suficiente y digno, acorde con el desarrollo global.

La tecnología parecía hace unos años que nos estaba ofreciendo la solución: los cultivos transgénicos eran prácticamente asépticos, plagas y enfermedades se podían controlar e integrados con herbicidas y plaguicidas de síntesis se nos presentaban como la solución para aumentar la producción de alimentos y acabar con el hambre. 

Pero tras varios años de desarrollo se comprueba que no es la solución definitiva para la seguridad alimentaria cuando el principal problema es la sequía y, cuando como efecto secundario del monocultivo y de su falta de diversidad genética en las plantas acaban apareciendo nuevas plagas y enfermedades que afectan a todo el cultivo en bloque. Por otra parte, la dedicación de grandes superficies de terreno al cultivo de una única especie o variedad empobrece dramaticamente los ecosistemas y los desequilibra en una situación muy próxima a “diversidad cero”. 

La agricultura ecológica, denostada por los voceros voluntarios e involuntarios de las multinacionales de las semillas y de los biocidas, no significa volver a trabajar la tierra como nuestros antepasados, ni se trata de un capricho de “pijos de ciudad”. Consiste en valerse de los conocimientos científicos para imitar a la naturaleza diseñando procedimientos de cultivo eficientes que economicen el uso del agua, devuelvan nutrientes a suelos agotados mediante rotaciones cíclicas y combinaciones de diferentes plantas, y controlando plagas y enfermedades sin contaminar con elementos tóxicos el suelo y los acuíferos sino utilizando productos de escasa nocividad sobre la diversidad faunística, de limitada actividad en el tiempo, y favoreciendo una diversidad vegetal que permita el desarrollo de insectos beneficiosos que controlen eficazmente las amenazas de otros. Pero sí, actualmente debido a la ley de la oferta y la demanda así como a un desarrollo poco generalizado y a la picardía de algunos productores, los productos de agricultura ecológica disponibles en la mayoría de las superficies comerciales tienen precios exageradamente altos, cosa que no ocurre cuando se obtienen directamente de los productores, mediante asociaciones o grupos de consumo, etc.

El Comercio Justo, recurriendo a Wikipedia, es una forma alternativa de comercio promovida por varias organizaciones no gubernamentales, por la Organización de las Naciones Unidas y por los movimientos sociales y políticos (como el pacifismo y el ecologismo) que promueven una relación comercial voluntaria y justa entre productores y consumidores. 

El Comercio Justo es una asociación de comercio basada en el diálogo, la transparencia y el respeto, que busca una mayor equidad en el comercio internacional. Contribuye a un desarrollo sostenible ofreciendo mejores condiciones comerciales y asegurando los derechos de aquellas personas productoras y trabajadoras que puedan estar excluidas, especialmente en los países del Sur.

Las organizaciones de Comercio Justo no sólo comercializan productos bajo estos criterios, sino que también, apoyadas por los consumidores, están implicadas activamente en apoyar a los grupos productores, sensibilizar y desarrollar campañas para conseguir cambios en las injustas reglas y prácticas del comercio internacional convencional. 

El Comercio Justo es una poderosa herramienta para erradicar las causas de la pobreza en las comunidades más desfavorecidas, garantizando los derechos, la dignidad y el desarrollo de todas las partes implicadas.

Es favorable a la libertad de comercio en iguales condiciones, es decir, abolir las restricciones discriminatorias a productos provenientes de países en desarrollo, desde materia prima a manufacturas o tecnología. Así se evita la discriminación y el proteccionismo. Intenta también evitar las grandes diferencias entre el precio que pagan por un producto los consumidores del primer mundo y el dinero que se les paga a sus productores en el tercer mundo, además de evitar la explotación de los trabajadores. Además, esto contribuye a compensar los efectos de la obsesión consumista por el precio más barato, sin otra consideración, y sus consecuencias:

- Progresivo deterioro de la calidad y durabilidad de los productos.

- Explotación de los productores.

- El precio justo, es decir, que éste no contenga componentes influenciados por intervenciones o subsidios estatales que distorsionan el concepto de comercio justo. Las distorsiones y consecuentes quejas en el mercado derivadas de los subsidios son elevadas por las partes interesadas a la Organización Mundial del Comercio.

El comercio justo puede ser considerado una versión humanista del comercio libre, que al igual que éste es voluntario entre dos partes, y no tendría lugar si ambas partes no creyeran que iban a salir beneficiadas.



Conclusión

Los consumidores informados podrían y deberían tomar una decisión responsable optando por distintos canales de obtención de la demandada quinoa distintos del canal convencional (a través de las multinacionlaes y consorcios de producción y exportación, contribuyendo al alza de precios y a la ruina de las comunidades que nos han dejado este legado). Las posibilidades de esta decisión responsable parecen ser:


1) Recurrir a la producción nacional, cada vez más desarrollada, de forma no lesiva para aquellas comunidades indígenas pero obteniendo un producto de peor calidad o al menos no de tanta calidad como la que se produce en los países de origen.

2) Recurrir a los canales de Comercio Justo y, preferentemente, elegir producto obtenido mediante cultivo ecológico, es decir, contribuir al sostenimiento del medio de vida de los campesinos indígenas y disfrutar el producto de mejor calidad.

Tu decisión es solamente tuya.



Fuentes:

1929 AELLEN P. & JUST T. Key and synopsis of the American species of the genus Chenopodium L. American Midland Natualist 30:47-67.

1984 RISI, J. & N. GALWEY. The Chenopodium grains of the Andes: Inca crops for modern agriculture. Adv Appl Bot 10:145-216.

1998. http://www.elmundo.es/ciencia/2016/02/18/56c61418ca47410f338b457c.html

1999 RUAS P., BONIFACIO A., RUAS C., FAIRBANKS D., ANDERSEN W. Genetic relationship among 19 accessions of six species Chenopodium L., by Random Amplified Polymorphic DNA fragments (RAPD). Euphytica 105:25–32

2001 BONIFACIO A.. Recursos genéticos, etnobotánica y distribución geográfica. In: Mujica A., Jacobsen S.E., Izquierdo J. & Marathee J.P., eds. Primer taller internacional sobre quinoa. 2001. Cultivos Andinos. [CD-ROM]. Santiago: FAO, UNA-Puno, CIP

2003 JACOBSEN, S.E. The worldwide potential of quinoa (Chenopodium quinoa Willd.). Food Rev. Int. 19(1-2):167-177.

2006 MAUGHAN, P.J., KOLANO B.A., MALUSZYNSKA J., COLES N.D., BONIFACIO A., ROJAS J., COLEMAN C.E., STEVENS M.R., FAIRBANKS D.J., PERKINSON S.E., JELLEN E.N. Molecular and cytological characterization of ribosomal RNA genes in Chenopodium quinoa and Chenopodium berlandieri. Genome 49: 825-839.

2008 SEDERBERG M. Physical mapping of ribosomal RNA genes in new world members of the genus Chenopodium using fluorescence in situ hybridization. M.S. Thesis, Brigham Young University.

2013 F.A.O.: International Year of Quinoa Secretariat. Food and Agriculture Organization of the United Nations Regional Office for Latin America and the Caribbean. http://www.fao.org/quinoa-2013/what-is-quinoa/nutritional-value/es/

2013. GUZMÁN, Javier. El lado amargo de la quinoa.http://www.eldiario.es/catalunya/diarisolidaritat/lado-amargo-quinoa_6_106099406.html


2015. FERNANDEZ DE CASTILLEJO, Asunción. La quinoa, una alternativa al girasol o el maíz, en riego o en secano.
http://www.diariodecadiz.es/article/agrandalucia/1964619/la/quinoa/una/alternativa/girasol/o/maiz.html

2015. IZQUIERDO, Carmen T.. La quinoa desembarca en España como un cultivo rentable apto para celíacos. http://www.lavanguardia.com/economia/20150315/54428170443/la-quinoa-desembarca-en-espana-como-un-cultivo-rentable-apto-para-celiacos.html

2015. MURIEL, Fernando G. La quinoa, una buena alternativa al cultivo de productos tradicionales.
http://www.elnortedecastilla.es/avila/201508/28/quinoa-buena-alternativa-cultivo-20150828122939.html

2015 QUINUA.CAT http://quinua.cat/

2016. CORRAL, Miguel G. Las emisiones de CO2 crecieron un 5% en 2015 hasta alcanzar niveles de  1998:



2016. WIKIPEDIA. Chenopodium quinoa. https://es.wikipedia.org/wiki/Chenopodium_quinoa



RECOPILACIÓN DE RECETAS


Cocción:
La quinoa se debe lavar previamente, para quitarle el amargor de las saponinas de su cubierta, normalmente en un escurridor bajo el chorro de agua del grifo, durante unos segundos hasta que deje de formarse espuma.
Se cuece de forma similar al arroz, hirviendo en abundante agua ligeramente salada pero en una proporción mínima (mejor superior) de tres tazas de agua por cada taza de quinoa.   La cocción dura  aproximadamente de 15 a 20 minutos podemos ir probando hasta que la encontremos al dente o darla por concluida cuando los granos aparecen ya trasparentes, al doble de su volumen y liberan el hilillo de su germen blanco.
A continuación se pasa al escurridor hasta suelte el agua  por completo. Si la vamos a utilizar para un plato frío podemos enfriarla previamente bajo el grifo.
Para algunos platos (p. ej. ensaladas) puede ser interesante darle un toque de sabor a nuez, tostándola  ligeramente en una sartén después de lavarla pero antes de cocerla.


Quínoa con pollo:
-250 gramos de quinoa.
-150 gramos de champiñones
-Dos puerros
-Dos pechugas de pollo cortadas en trozos

Cortamos en  cuadrados pequeños los puerros y los champiñones.
Saltear con un chorro de aceite de oliva virgen el puerro, junto a los champiñones y el pollo.  Cuando el pollo empiece a dorarse  añadir sal, pimienta* y la quinoa cocida, mezclarlo todo bien y servir.
*Según gustos, se puede añadir además de la pimienta un poco de canela, curry, jengibre y/o cúrcuma.

Quínoa con calabaza:
-250 g de quinoa
-300-500 g de calabaza
-Medio pimiento verde
-Medio pimiento rojo
-Medio calabacín
-Una cebolla mediana
-Dos dientes de ajo
-Dos pechugas de pollo cortadas en trozos

Picamos la cebolla y el ajo y cortamos el resto de verdura en cuadrados pequeños, quitando las semillas de los pimientos.

Sofreímos en sartén con un chorro de aceite de oliva virgen comenzando por la calabaza, durante un par de minutos removiendo de vez en cuando, después agregamos la cebolla y, cuando ésta empiece a cambiar de color,  añadimos el ajo y una vez que éste se dora añadimos el resto de verduras y las pechugas de pollo troceadas, salpimentando  y añadiendo especias a nuestro gusto. Cuando el pollo se ha dorado  añadimos de uno a medio vaso de vino blanco y bajamos a fuego lento hasta que el caldo quede casi consumido del todo, momento en el que añadimos la quinoa y removemos para que se impregne del sabor , retirando del fuego pasados dos minutos, y listo para servir.


Quínoa al curry:
- 250 gramos de quinoa
- 200 gramos de brócoli
- Una cebolla mediana
- Dos dientes de ajo
- Caldo de verduras*
- Salsa curry*
*El caldo y la salsa pueden ser  caseros o no .
Picamos la cebolla y el ajo y sofreimos en una sartén con aceite de oliva virgen a fuego medio, echando primero la cebolla, y cuando empiece a cambiar de color agregamos el ajo picado. Cuando el ajo se haya dorado  agregamos el brócoli cortado en trocitos pequeños y cubrimos todo con caldo de verduras y cocinamos a fuego medio-alto  hasta que el brócoli esté bien tierno, momento en el que agregaremos la quinoa previamente cocida, dejando en el fuego dos minutos más, removiendo de vez en cuando y echando en el último momento dos cucharadas o más de salsa curry, removiendo y sirviendo caliente.

Quínoa con yogurt:

-Un vaso de quinoa previamente cocida y enfriada.
-Un yogurt
-Dos cucharadas de miel
-Un vaso de melón o cualquier otra fruta troceada
-Nueces u otros frutos secos

En un bol ponemos el yogurt y la fruta troceada, con las nueces y/o frutos secos . Añadimos la miel  y la quinoa cocida, bien escurrida y enfriada.  Mezclamos de forma homogénea.


Ensalada de quínoa:

Prepara la ensalada ligera que más te guste, añade por cada persona un vaso de quinoa cocida y fría y condimenta como siempre.











martes, 14 de marzo de 2017


    Seguridad alimentaria y distribución de alimentos

Fuente: 
Centro Virtual de Conocimientos para eliminar la violencia
 contra las mujeres y las niñas (ONU Mujeres). 
  • La falta de seguridad alimentaria en las situaciones de emergencia es una cuestión que afecta a toda la comunidad, pero más especialmente a las mujeres y niñas. En contextos de emergencia, las mujeres suelen tener un acceso y un control más limitado a los recursos alimentarios y financieros y esto desemboca en situaciones de dependencia que pueden someterlas a un riesgo acrecentado de explotación o de agresiones sexuales. Por ejemplo:
    • las mujeres y las niñas suelen ser las responsables de proporcionar y preparar la comida para sus familias. Cuando acuden solas a recoger agua, leña u otros recursos para cocinar, son más vulnerables a las agresiones.
    • Aunque tanto hombres como mujeres ven sus medios de subsistencia interrumpidos por las situaciones de emergencia, las mujeres, en general, se enfrentan a mayores retos a la hora de ganarse la vida. Debido a esto, las mujeres pueden verse obligadas a prostituirse o a sufrir otro tipo de explotación para asegurar el sustento de sus familias.
    • Las mujeres y niñas tienen a menudo un acceso desigual a la distribución de alimentos, especialmente si únicamente el cabeza de familia varón está registrado en los campamentos de refugiados o desplazados (IASC, 2006).
      Cuestiones claves en la seguridad alimentaria y la distribución de alimentos
  • Las Directrices del IASC sobre la violencia por motivos de género y la hoja del AdR de violencia de género sobre Distribución de alimentos proporcionan las directrices y recomendaciones para evitar la violencia contra las mujeres y las niñas en la planificación y puesta en práctica de los programas de distribución de alimentos. La hoja del AdR de violencia de género sobre Agricultura también proporciona directrices útiles para ofrecer soluciones a largo plazo a fin de evitar la inseguridad alimentaria, como los programas de medios de vida, para prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas. (Véase también el apartado Medios de vida.) Además, los programas de ayuda alimentaria deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
  1. El tipo de emergencia (repentina, crónica, compleja, de inicio lento, etc.) y las inseguridades alimentarias que provocan y que tienen consecuencias particulares para cada comunidad. Las soluciones a las necesidades alimentarias serán diferentes en crisis repentinas y en crisis y situaciones más prolongadas con personas desplazadas, que tienden a provocar mayor daño en los medios de vida y a provocar continuos niveles de inseguridad alimentaria incluso una vez finalizado el contexto de crisis (IASC, 2006).
    2. La sostenibilidad a largo plazo mediante un marco basado en los medios de vida en coordinación con cualquier apoyo financiero de emergencia a corto plazo. Consultar con los miembros de las comunidades afectadas que ya se estén adaptando a las crisis prolongadas y coordinar las propuestas con los programas sobre medios de vida para proporcionar soluciones a la inseguridad alimentaria a largo plazo (Alinovi, Hemrich y Russo, 2008).
        3. La información y formación sobre los procedimientos y políticas de distribución de alimentos a todos los que forman parte de la comunidad, la población local, los refugiados y los desplazados y aquellos que cumplen los requisitos para la ayuda alimentaria, las cuestiones sobre la distribución y la cantidad y periodicidad de las raciones. La confusión sobre quién cumple los requisitos para recibir las raciones puede desembocar en situaciones de tensión en la comunidad e incrementar el riesgo de violencia. Asimismo, las mujeres que no puedan y/o no tengan permiso para acceder a las asignaciones de alimentos pueden hallarse en mayor riesgo de sufrir agresiones o abusos (IASC, 2006).
            4. Las necesidades de las personas lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales que viven en unidades familiares no tradicionales. Por ejemplo, es posible que las parejas lesbianas que conviven no sean reconocidas como unidad familiar, especialmente si no tienen hijos, y que se les nieguen alimentos y servicios necesarios que sí se ofrecen a otras familias. Alentar a las organizaciones de ayuda a que amplíen su definición de “unidad familiar” a fin de incluir formas de unión no tradicionales y no heterosexuales (véase Knight y Sollom, 2012).
                   Herramientas adicionales:
              Para el control del programa de igualdad de género en lo que respecta a nutrición, distribución e inseguridad alimentaria, véase el Manual sobre cuestiones de género en la acción humanitaria, Comité permanente entre organismos, 2006, (pp. 57-75).
              Para más directrices sobre la distribución alimentaria, véase el Libro de bolsillo de operaciones de emergencia en el terrenoPrograma Mundial de Alimentos, 2002.

              miércoles, 8 de marzo de 2017



              Botánicas



              Mary Agnes Chase


              Fuente: Mujeres con ciencia http://mujeresconciencia.com/tag/botanica/


              Mary Agnes Meara Chase (29 de abril 1869 - 24 de septiembre 1963 ) fue una botánica, ilustradora, y agrónoma estadounidense, especializada en gramíneas.
              Sufragista y pacifista se implicó y luchó por el derecho al voto femenino, participando en varias huelgas de hambre y en manifestaciones que conllevaron varias detenciones y dos procesamientos por los que fue encarcelada en 1915 y 1918.
              A la edad de sesenta años viajó a Brasil y escaló la montaña más alta de Sudamérica para recoger y estudiar nuevas plantas, convirtiéndose en una de las científicas con más conocimiento sobre las gramíneas. Nunca dejó de alentar a los estudiantes de Latinoamérica para que amaran la botánica y siguieran el camino emprendido por ella.


              La botánica Ruth Lyttle Satter (1923-1989) nació un 8 de marzo.
              Es sobre todo conocida por su trabajo en movimiento circadiano de las hojas.
              En 1980 colaboró ​​con el bioquímico Richard Crain en el descubrimiento de que el ciclo del fosfatidilinositol es el mecanismo básico de transducción de señales luminosas en las células motoras de las hojas.
              En 1990 se estableció en su memoria el Premio Ruth Lyttle Satter en matemáticas, con fondos de su hermana, la matemática Joan Birman, para honrar su compromiso con la investigación y para animar a las mujeres en la ciencia.



                
              La botánica e ilustradora científica Louisa Atkinson (1834–1872) nació un 25 de febrero.
              Es conocida fundamentalmente por su trabajo botánico: descubrió algunas especies de plantas y en sus ilustraciones botánicas incluía además animales, insectos y paisajes.
              Se la considera una pionera para las mujeres australianas en periodismo y ciencias naturales; además apoyó en sus escritos a los aborígenes australianos.


              La botánica Shiu-Ying Hu (1910-2012) nació un 22 de febrero.
              Fue la primera mujer china en recibir un doctorado en botánica por la Universidad de Harvard (1949).
              Fue una experta en los géneros de plantas Aquifoliaceae, Amaryllidaceae y Araliaceae. Estudió las familias Orchidaceae, Compositae y Malvaceae, las hierbas medicinales chinas y las plantas con fines alimentarios.
              Sus colegas la llamaban Holly Hu por su extenso trabajo en plantas de acebo.



              La fitopatóloga y montañera Mary Dilys Glynne (1895-1991) nació un 19 de febrero.
              Fue la primera patóloga vegetal en la Estación Experimental de Rothamsted (Gran Bretaña).
              Trabajó en enfermedades fúngicas basadas en el suelo, como la verruga de la patata y diferentes enfermedades del trigo provocadas por hongos. Sus investigaciones condujeron a un aumento en el rendimiento en  agricultura, hecho de especial importancia durante la Segunda Guerra Mundial.
              Fue además una gran montañera; fue la segunda persona (la primera mujer) en subir el Monte Spencer (Nueva Zelanda).



              La botánica Eva Mameli Calvino (1886-1978) nació un 12 de febrero.
              Licenciada en matemáticas por la Universidad de Cagliari (1905) y en historia natural (1907), en 1915 obtuvo la libre docencia en botánica: fue la primera mujer en Italia en obtener este permiso en esta disciplina.
              Casada con el agrónomo y botánico Mario Calvino (sus hijos fueron el escritor Ítalo Calvino y el geólogo Floriano Calvino), trabajó junto a él en la Estación Experimental de Floricultura “Orazio Raimondo” dirigida por su marido.
              Comenzó a escribir sus más de doscientas publicaciones en 1906,  y lo hizo sobre varios temas, entre los que se encuentran la liquenología, la micología, la fisiología vegetal o la fitopatología.



              La botánica y genetista Carrie Matilda Derick (1862-1941) nació un 14 de enero.
              Fue la primera mujer en ejercer como profesora en una universidad canadiense; fundó en departamento de genética en la Universidad McGill.
              En 1901 fue a formarse a la Universidad de Bonn, y aunque su investigación era suficiente para recibir su título de doctora, no lo consiguió porque esa universidad no concedía doctorados a mujeres.
              Además de su labor científica, fue una activa feminista, defendiendo el voto femenino y la educación de las mujeres.




              La botánica Janaki Ammal (1897-1984) nació un 4 de noviembre.
              Realizó importantes contribuciones a la citogenética y la geobotánica.
              Su trabajo científico más notable trata sobre la caña de azúcar y la berenjena.
              Recopiló plantas variadas de uso médico y económico en los bosques tropicales de Kerala (India).


              La botánica Cleofé Elsa Calderón (1929-2007) nació un 26 de octubre.
              Sus primeras investigaciones fueron sobre gramíneas en la región de la Pampa de Argentina, descubriendo varias especies, una de las cuales lleva su nombre.
              Desarrolló gran parte de su producción científica en el Departamento de Botánica del Smithsonian Institution, dedicando gran parte de su tiempo al estudio del bambú.
              En 1976, redescubrió la Anomochloa en Brasil, un género de hierba que no se había detectado viva desde el siglo XIX.


              La naturalista y pintora Marianne North (1830-1890) nació un 24 de octubre.
              Viajó por todo el mundo dibujando especies vegetales.
              Su contribución a la ilustración científica, aunque de indudable interés artístico, posee además un gran valor para la botánica, al reproducir con toda clase de detalles numerosas especies vegetales.


              La botánica, taxónoma y brióloga Eliza Amy Hodgson (1888-1983) nació un 10 de octubre.
              Autodidacta, publicó su primer artículo científico a la edad de 42 años.
              Trabajando en su casa, con su microscopio y su máquina de escribir sobre la mesa de su comedor, publicó más de 30 artículos entre 1930 y 1972.
              En 1946, la British Bryological Society la nombró miembro honorario: entró a formar parte de un selecto grupo de doce personas. Fue también miembro de la Linnean Society of London y de la Royal Society of New Zealand.


              La botánica y coleccionista de minerales Henrietta Antonia Clive (1758-1830) nació un 3 de septiembre.
              En 1798, su marido fue nombrado Gobernador de Madras. Ella le acompañó a la India, y allí comenzó a reunir rocas y minerales,  alcanzando su colección más de 1.000 especímenes ordenados por su composición química, como se hacía en la época.  
              Al llegar a la India, también organizó un jardín que mantenía un registro de las plantas de Mysore y de la región de Karnataka.


              La botánica Nancy Tyson Burbidge (1912-1977) nació un 5 de agosto.
              Durante su carrera fue botánica sistemática, conservacionista y curadora de herbario.
              Publicó numerosos artículos y varios libros sobre plantas y árboles australianos, ilustrando ella misma muchos de ellos.


               Lydia Becker ha pasado a la historia, principalmente, por haber sido una de las sufragistas británicas más importantes. Pero no tendríamos un retrato completo del personaje si nos quedásemos en ese aspecto, por importante que éste sea. Su lucha por conseguir que las mujeres gozasen de los mismos derechos y el mismo estatus que los hombres se entiende mucho mejor en el contexto del conjunto de sus intereses y de otras actividades que desarrolló a lo largo de su vida. Además de la lucha sufragista, Becker se dedicó con denuedo a promover y mejorar la educación de las chicas, haciendo especial hincapié en la enseñanza de las ciencias, y también practicó, como aficionada, una actividad científica de mérito.
              Lydia nació el 24 de febrero de 1827 en Lancaster, Inglaterra. Era la hermana mayor de una familia muy numerosa de origen centroeuropeo de clase media. Su padre era un pequeño empresario de la industria química. Becker había sufrido en su propia persona la ausencia de una instrucción formal equivalente a la que recibían los chicos y jóvenes varones de su generación. Con excepción de un periodo en un internado en Liverpool y de unas vacaciones en Alemania por motivos de salud, los años de infancia, adolescencia y juventud los pasó en el campo, en una situación de cierto retiro. La formación que recibió estuvo orientada a prepararla para las actividades y economía de la vida doméstica y, en última instancia, para ser una ejemplar madre de familia. A Lydia, esa formación le resultó frustrante, pues era una persona de cualidades intelectuales notables y con una disposición excelente para estudiar disciplinas académicas. En especial, lo que más lamentó fue el no haber recibido una instrucción en disciplinas científicas.
              Aprendió de forma autodidacta botánica y astronomía, las dos disciplinas que cultivó como aficionada, ya que eran especialmente adecuadas para el estudio autónomo y compatibles con las obligaciones del hogar familiar. En 1862 ganó la medalla de oro a la mejor colección de plantas secas en un campeonato nacional, la Royal Horticultural Society´s Botanical Competition. Esa medalla la animó a redactar su Botany for Novices, un breve tratado introductorio a la clasificación de plantas que publicó por su cuenta en 1864. En la misma época redactó una obra similar de introducción a la Astronomía, Star Gazing for Novices, aunque no llegó a ser publicado. Su afición por la botánica la llevó a interesarse por unas plantas trepadoras de la especie Silene dioica, que bajo determinadas circunstancias se convertían en hermafroditas. Fue su interés por esas plantas lo que la llevó en 1863 a escribir a Charles Darwin, con quien mantuvo una relación epistolar sobre cuestiones de índole botánica.
              Becker quería desarrollarse intelectualmente y hacer uso de su capacidad de razonamiento para dedicarlo a la búsqueda de la verdad, “no entendiendo por verdad ninguna abstracción misteriosa, sino enunciados verdaderos concernientes a hechos”. Tenía capacidad de observación, gusto por la precisión, e interés por atesorar conocimiento. Es fácil deducir que Lydia Becker habría podido ser una científica importante de haber contado con una buena formación en ciencias. Ella parecía ser muy consciente de las limitaciones que sufría y en cierto modo fue esa consciencia lo que la condujo a promover con tesón la educación de las chicas. En su opinión el estudio de la ciencia tenía para las mujeres valor terapéutico pues servía para combatir una existencia monótona, anodina e intelectualmente vacía. Sostenía que era un derecho humano básico, y dado que hombres y mujeres cuentan con las mismas capacidades intelectuales, la ciencia había de ser estudiada de la misma forma, en las mismas condiciones y otorgar las mismas cualificaciones para hombres y para mujeres.

              Jeanne Baret nació 27 de julio de 1740 en un pequeño pueblo de la Borgoña francesa. Pasó los primeros años de su vida en la granja de su padre. Cuando éste murió en 1762, se convirtió en la institutriz del hijo del viudo Dr. Philibert Commerson (1727-1773). Seducido por la inteligencia y la lucidez mental de Jeanne, Commerson le dio clases de botánica y le confió la preparación de los herbarios.
              En 1764, Commerson fue nombrado botánico del rey Louis XVI (1754-1793) y, como tal, tuvo que emprender un viaje a las Tierras Australes, acompañando al oficial de marina y exporador Louis-Antoine de Bougainville (1729-1811) como médico botánico de su Majestad.
              Un auto de fecha 15 de abril 1689 prohibía a las mujeres embarcar en naves de la Marine Royale, así que Jeanne inició el viaje en l’Etoile el 1 de febrero de 1767, disfrazada de hombre, como ayudante de Commerson. La fragata La Boudeuse era la otra nave que formaba parte de la expedición de Bougainville.
              La vida a bordo no era sencilla para nadie, y menos para Jeanne, que no solo vestía como un hombre, sino que trabajaba como ellos para evitar sospechas. Tras tres meses, la expedición llegó  a Montevideo, las islas Malvinas y Patagonia, donde por fin Jeanne y su amante pudieron ejercer la botánica.

              Tras diversas peripecias –el 13 de marzo de 1773 Commerson falleció en la isla Maurice y Jeanne se vio forzada a casarse con un militar francés para poder regresar a Francia– Baret regresó a París en 1776, con más de 30 cajas selladas conteniendo 5.000 especies de plantas recolectadas durante sus viajes alrededor del mundo: 3.000 de ellas eran nuevas. Estas colecciones se unieron a las del Muséum d’Histoire Naturelle, donde era posible consultar los manuscritos de Commerson.
              Georges Louis Leclerc, conde de Buffon (1707-1788) se encargó de realizar el inventario, y posteriormente Joseph de Jussieu (1704-1779) y Jean-Baptiste Pierre Antoine de Monet Chevalier de Lamarck (1744-1829) estudiaron la colección.
              El trabajo de Jeanne Baret con Commerson fue reconocido oficialmente por el rey, que le concedió una pensión de 200 libras.
              Jeanne Baret falleció el 5 de agosto 1807, a la edad de sesenta y siete años.
              Como reconocimiento a la labor de esta botánica –y primera mujer en dar la vuelta al mundo– el biólogo Eric Tepe y su equipo bautizaron con su nombre a una flor, la Solanum baretiae.



              Adrienne Clarke (1938-).Es Profesora Emérita de botánica de la University of Melbourne, en la que dirigió el Plant Cell Biology Research Centre entre 1982 y 1999.
              Expresidenta de la Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation (CSIRO, 1991–1996), y distinguida con múltiples galardones, ha sido rectora de La Trobe University desde 2011.
              Su trabajo científico se ha centrado en la bioquímica y genética de las plantas con flores, su reproducción y su crecimiento. Sus investigaciones han derivado en aplicaciones industriales para el control de plagas de insectos y enfermedades fúngicas en plantas.


              La botánica y arquitecta paisajista Kate Sessions (1857-1940) nació un 8 de noviembre.
              Se le conoce como la madre del parque Balboa: introdujo varias especies de árboles y plantas (incluso viajó a Europa para eligirlas) en San Diego (California), una zona con muy poca vegetación.
              Junto a Alfred D. Robinson  fundó la San Diego Floral Association en 1907, el club de jardnería más antinguo del Sur de California.


              La botánica y taxónoma María del Socorro González Elizondo (1953-),  investigadora en el Centro Interdisciplinario de Investigación para el Desarrollo Integral Regional  (CIIDIR, Unidad Durango, Instituto Politécnico Nacional, México), es una destacada especialista en flora neotropical y en taxonomía de las ciperáceas.


               Imogen Cunningham (1883-1976) fue una pionera en la fotografía americana del siglo XX, con una obra amplia y diversificada.
              En 1903 se matriculó en ciencias químicas en la University of Washington, donde trabajaba preparando diapositivas para el departamento de botánica.
              Finalizó sus estudios en 1907, con una tesis de graduación titulada Modern Processes of Photography.
              Tras esta etapa, empezó a colaborar en el estudio de retrato fotográfico de Edward S. Curtis, donde aprendió la técnica de la platinotipia y a retocar negativos.
              En 1909 obtuvo una beca para continuar sus estudios de química fotográfica en la Technische Hochschule de Dresde,  terminando allí su tesis doctoral titulada Selbstherstellung von platinpapieren für Beaune Töne –Auto-producción de papeles de platino para tonos sepia–.
              Ya de regreso a Estados Unidos, abrió su propio estudio y comenzó su reconocimiento como retratista y fotógrafa pictorialista.
              Más adelante, en 1932, participaría en la formación de la asociación fotográfica Grupo f/64.
              Imogen Cunningham fotografío todo lo que le rodeaba:  a su familia, la naturaleza, bodegones, escenas callejeras, desnudos,…
              Su afición a la botánica le llevó a reproducir flores y plantas: reducía la naturaleza a sus estructuras más simples, captando todos los detalles. De hecho, consiguió el primer reconocimiento internacional en 1929 con su serie Pflanzenformen en la exposición Film und Foto en Stuttgart.



              La botánica Ynes Mexia (1870-1938) nació un 24 de mayo.
              Es conocida por su colección de especímenes de plantas de regiones de México y de América del Sur.
              Se la recuerda por su experiencia y conocimiento en el mundo de las expediciones botánicas, por su capacidad de resistencia en las condiciones más duras, por su trabajo meticuloso y sus habilidades como recolectora.


               Recopilado por Cheno, 8 de marzo de 2017
              Hay muchas más botánicas que dedicaron su vida a esta ciencia a pesar de tenerlo todo en su contra. Si conoces casos reseñables no dejes de mencionarlo en los comentarios. 
               ----------

              Maruja Carrasco

              Josefa Jiménez 

              Ana Buades 

              Mercedes Alsina

              Estela Seriñá

              Marga Moreno 

              Marga Costa 


              💚


              Botánicas, profesoras e investigadoras de la Universidad Complutense con las que compartí años de "Departamento" y  excursiones botánicas. Y momentos memorables de humor y risas. Agradecido por haber disfrutado de su amistad y por haberme enseñado a mirar el campo -y la vida- de otra manera. En la foto están cuatro de ellas.