domingo, 15 de abril de 2012

Calentamiento global
Ya no se puede parar pero más vale que lo suavicemos




Para referirnos al aumento de la temperatura media del planeta detectado en las últimas décadas solemos emplear la expresión cambio climático, pero sería más pertinente hablar de calentamiento global, pues con la primera expresión damos pábulo a los negacionistas y a los defensores de los intereses del status quo energético, cuyo mantra argumental es que siempre ha habido cambios, por lo que no habría por qué preocuparse.

Y como veremos más adelante, sí que hay, y mucho, por lo que preocuparse, a pesar de que la Tierra, desde su origen, siempre haya estado sometida a cambios climáticos, incluso de forma relativamente reciente como ocurrió en la última miniglaciación producida entre 1675 y 1715, coincidiendo con un largo periodo sin actividad solar que se conoce como el Mínimo de Maunder


A mayor escala temporal, hace 225 millones de años teníamos un único y gran continente en el planeta, Pangea, que fue disgregándose en placas que, separándose lentamente  en el proceso que se conoce como deriva continental, condujo a la situación y disposición actual de océanos y continentes.  Ahora el deslizamiento de las placas continentales continúa a razón de 2,5 cm al año, aproximadamente la velocidad a la que crecen nuestras uñas, apenas 25 km en un millón de años.  A medida que cambiaba la distribución de océanos y continentes el mar y sus corrientes han ido variando su efecto y participación térmica a escala regional y global, mientras también variaba el efecto de contrastes de la continentalidad.

Alejándonos aún más en el tiempo, desde que se originó  la Tierra, hace 4.600 millones de años, la composición de la atmósfera ha ido cambiando desde un estado inicial, en el que no había oxígeno y dominaba el CO2 procedente de las emanaciones volcánicas y la fusión de las rocas, pasando por épocas en las que debido a una flora mucho más exuberante el oxígeno era más abundante que ahora (lo que influyó en un mayor tamaño de los animales) pero también había más CO2 y el clima era mucho más húmedo y más cálido.

Los impactos de los meteoritos también cambiaron puntualmente el clima,  especialmente el que cayó en el Golfo de Méjico hace 65 millones de años, que parece que fue responsable de la producción de enormes cantidades de CO2 e incendios que liberaron a la atmósfera polvo y cenizas que la oscurecieron durante más de 10.000 años, con un incremento de la temperatura media de más de 7 ºC y con consecuencias bióticas graves, como la desaparición de los dinosaurios.

Las variaciones de la órbita de la tierra parece que son las grandes responsables de los periodos glaciales e interglaciales del Holoceno, y las variaciones del campo magnético de la misma también pudieron influir en la intensidad del viento solar y por lo tanto en la intensidad de la radiación recibida del sol.

En definitiva, el clima de la Tierra nunca ha sido estable si lo consideramos a largo plazo. Pero para las especies existentes en cada época ha habido al menos una garantía de estabilidad climática mínima y duradera que les ha permitido desarrollarse, evolucionar y extenderse así como, para los mejor preparados, adaptarse a los cambios graduales y no tan graduales de las condiciones de su medio.

Pero… la gran diferencia es que ahora, en la época contemporánea, estamos asistiendo a un calentamiento exagerado, inusitadamente rápido, tan rápido que impide que la mayoría de las especies tengan la oportunidad de encontrar estrategias de supervivencia, empezando por la nuestra.


¿Qué datos tenemos para decir que existe este calentamiento?

Desde hacía un millón de años la concentración de CO2 en la atmósfera no había superado nunca las 320 partes por millón (ppm). Pero desde hace 50 años ha aumentado muy deprisa, llegando a más 394 ppm en la actualidad y con una gran tendencia al alza. La página CO2Now.org del Mauna Loa Observatory de, Hawaii, recoge y actualiza 
mes a mes la información sobre la concentración global de CO2, así como la temperatura media de la Tierra.




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El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, organismo creado por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa Ambiental de las Naciones Unidas para estudiar el cambio climático originado por las actividades humanas, señaló en su informe de 2007 que la temperatura global subió en el último siglo una media de 0,6 ± 0,2 °C.



Asimismo alertan de que desde mediados del siglo pasado se ha observado una tendencia creciente de eventos climatológicos extremos y vaticinan que, en adelante, los periodos de temperaturas muy altas y precipitaciones fuera de lo normal se sucederán con más frecuencia de la habitual y tendrán consecuencias desastrosas para la vida de millones de personas, especialmente en los países más pobres. 
 Los climatólogos temen que, de seguir así las cosas, el aumento podría llegar a ser de 4 grados en 2050 y de hasta 7 o 10 grados al final del siglo. Tal aumento provocará forzosamente graves alteraciones en el clima y en la habitabilidad del planeta.


 IPCC (04-05-2007). «Summary for Policymakers» (PDF). 
Climate Change 2007: The Physical Science Basis. Contribution 
of Working Group I to the Fourth Assessment Report of the 
Intergovernmental Panel on Climate Change. Page 13, Table SPM.3.: 

(en azul la gráfica que habría sido esperable en condiciones naturales; en rojo la desviación que se achaca a actividades humanas explicando los resultados de temperatura medidos)

¿Qué es lo que está causando este rápido calentamiento?

- La atmósfera de nuestro planeta funciona como un filtro para las radiaciones solares, protegiéndonos de las que pueden ser más dañinas, pero a la vez actúa como capa aislante que permite que parte del calor que se recibe del sol quede atrapado bajo ella, pues actúa como una manta térmica creando condiciones idóneas para la vida y el equilibrio del planeta.

Desde hace apenas algo más de 100 años se han liberado ingentes cantidades de CO2 a la atmósfera procedentes de la quema de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas natural) en los que el carbono se hallaba enterrado y secuestrado durante más de 160 millones de años. 

Ese aporte adicional de CO2 a la atmósfera incrementa el efecto invernadero, hace más efectiva esa manta protectora y el resultado es que se pierde menos calor al espacio, la tierra se enfría menos, aumentando gradualmente la temperatura del agua, del suelo y del aire del planeta. Más que subir se dispara, porque a la primera causa (el incremento de CO2 libre) se van sumando otras que suponen un preocupante calentamiento adicional. 


Al subir la temperatura del planeta se funden las masas de hielo y nieve de las altas montañas de nieves perpetuas y glaciares, cuyas superficies blancas o cristalinas funcionaban como espejos reflejando y devolviendo al espacio parte de la radiación solar incidente; a medida que se funde y desaparecen superficies de hielo, como está ocurriendo en Groenlandia (que por otra parte alberga la décima parte de agua no salada del planeta) y en los casquetes polares, el problema se agudiza: el hielo reflejaba aproximadamente el 90% de la radiación solar que recibe, mientras que el agua del océano refleja solamente un 10% y absorbe el resto. Más superficie de mar significa
también mayor evaporación, y el vapor de agua incrementa aún más el efecto invernadero.

http://www.youtube.com/watch?v=QD-18YqEPVM

-Aunque la deforestación o eliminación de los bosques, para ganar espacio para los cultivos y pastos para
 el ganado, comenzó hace al menos 4000 años, ha sido en los últimos tres siglos cuando ha venido incrementándose a razón de seis millones de hectáreas anuales hasta llegar a la situación terminal actual. Sin bosques se elimina la fijación del CO2, aumenta la erosión, no se retiene la humedad sino que el agua de lluvia corre hacia el mar, el suelo se empobrece y se calienta... es como quemar a una persona su piel.



Respecto a las grandes masas de hielo, la Antártida y Groenlandia principalmente, su derretimiento acarrea consecuencias muy graves para las zonas costeras ya que solamente el hielo de Groenlandia equivale a la subida de 6 m del nivel del mar en todo el planeta, con lo que se barrerían todas las ciudades costeras de los cinco continentes, obligando a emigrar a cientos de millones de "refugiados climáticos". Actualmente ya se está produciendo este derretimiento, Groenlandia ha incrementado la cantidad de tierra que emerge del hielo en verano de manera muy acusada y, durante 2011, ya se ha podido atravesar el Ártico sin necesidad de rompehielos, estimándose que en 30 años el Polo Norte podrá contemplarse sin hielo durante el verano. 

El aumento de temperatura conlleva una mayor evaporación en zonas marinas que incrementa los fenómenos de lluvias torrenciales e inundaciones en muchas partes del planeta, a la vez que en otras regiones continentalizadas o sin influencia de corrientes húmedas las sequías se radicalizan y disminuyen las precipitaciones de forma drástica. El aumento de la temperatura unido a la falta de agua provoca que todo el ambiente y la vegetación estén más secos y aumente la propensión a los incendios.

Otro efecto del calentamiento global es que afecta a los hábitats de los animales y las estaciones. Hay animales que tienen a sus crías cuando las plantas de las que deberían alimentarse ya han dado hace tiempo sus frutos debido al adelantamiento de la estación cálida. Los humedales y toda su biodiversidad desaparecen por la sobreexplotación que se hace de los acuíferos para la industria y la agricultura, por la falta de lluvias y por el adelanto y/o prolongación de la estación cálida.

Sin embargo, algunas especies se ven favorecidas por el calentamiento global: mosquitos, escarabajos, chinches y garrapatas transmiten enfermedades hasta latitudes donde no habían llegado nunca, en las que no solo no encuentran depredadores sino que además las personas y animales a los que contagian no han llegado a desarrollar defensas. Empiezan a ser cada vez más frecuentes las especies típicas del África subsahariana,  como el mosquito tigre, la mosca tse-tse, la mosquita transmisora de la leishmaniasis, etc. Hace más calor, disminuyen las heladas que mataban y controlaban las poblaciones de gran parte de las larvas de casi todos los insectos (incluidos estos tan indeseables) con lo que al llegar la primavera constituyen verdaderas plagas.



La subida de la temperatura en el mar está arrasando los arrecifes de coral, creando sin embargo unas condiciones para que las medusas se multipliquen descontroladamente, por lo que cada vez las vemos más invadiendo las costas, donde el flujo de agua dulce proveniente de las lluvias sobre el continente contribuía antes a controlarlas. 

Las cada vez más frecuentes sequías e inundaciones inciden de forma más cruel en las regiones más pobres del mundo. Por encima de 2 grados de aumento de temperatura el riesgo se incrementa sustancialmente, con posibilidad de grandes extinciones y colapso de ecosistemas, más hambruna, escasez de agua y daños socioeconómicos, particularmente en países en desarrollo que viven única y directamente de recursos de sus tierras. A los 4 grados que se calculan para 2050 corresponden olas de calor prolongadas con graves efectos para la salud de niños y ancianos, extensión de epidemias frente a las que nuestros antepasados no desarrollaron defensas que nos inmunicen, extinciones masivas de plantas y animales, entrada de especies invasoras, inundación permanente de amplias regiones costeras, desaparición de recursos pesqueros por la eutrofización y aumento de temperatura del mar... En la cercanía de los 10 grados de aumento que se pronostican para finales de este siglo...


...¡¡Horror!!  ¿Qué podemos hacer? 

Es factible limitar el calentamiento global a dos grados en este siglo si se reducen de forma drástica las emisiones de CO2, al menos eso indica el estudio presentado en febrero por el Instituto Max Planck de Meteorología (MPI-M) y el laboratorio climático y centro informático Deutsches Klimarechenzentrum(DKRZ). El estudio formará parte del Quinto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), que debe estar completado entre 2013 y 2014.

Gobiernos e industrias tienen la llave maestra de la solución, sobre todo en los países desarrollados, que somos los que causamos mayor daño. Pero los ciudadanos también tienen una importante cuota de contribución al calentamiento, principalmente por el uso o derroche que hacen de la energía y muy especialmente en el capítulo de la movilidad.



No es necesario que encendamos velas para ahorrar electricidad, o  que nos muramos de frío y hambre por no poner la calefacción o el frigorífico, pero sí que podemos hacer algo para reducir las emisiones de dióxido de carbono como sugirió el Protocolo de Kioto.

A continuación dejo una lista abierta de reglas de oro o acciones básicas. Si se os ocurren más os agradecería que fuéseis actualizándola mediante los comentarios.

Reducción del consumo eléctrico:

· Usar bombillas de bajo consumo: ahorran hasta un 75% de energía. Y las lámparas de leds son aún más eficientes que las halógenas de ahorro energético.

· Apagar siempre la luz al salir de una habitación o con luz diurna suficiente.

· Graduar el termostato de la calefacción a unos 20 ºC, como mucho 21; y si se tiene frío abrigarse más. Cada grado suplementario representa entre un 6 y un 8% más de consumo energético.

· Nunca dejes los cargadores del ordenador o el móvil enchufados cuando no los uses; desenchúfalos para ahorrar energía.

· Regletas con interruptor de apagado: instálalas para los conjuntos PC-Impresora-Accesorios y TV-Vídeo-DVD. Es la forma de que apagues todo fácilmente evitando dejarlos en el derrochador modo stand-by.

· Usar la lavadora y el lavavajillas llenos: ahorraremos agua y electricidad. Si además los conectamos entre las 0 y las 8 h no solo nos beneficiamos de una tarifa más baja sino que disminuimos los picos de energía diurnos que obligan a una mayor producción energética.

· No malgastar la electricidad en la cocina, preferir utilizar ollas a presión.

· Tapar las cazuelas: el agua se calentará más rápido y consumirá un 20% menos de energía.

· Cerrar siempre la puerta del frigorífico y del congelador, aunque solo vaya a ser un segundito...

· Limpiar regularmente los quemadores de gas: si se atascan consumen un 10% más.

· Revisar y limpiar el calentador o la caldera al menos una vez al año.

· Descongelar el refrigerador cada vez que presente escarcha, pues ésta actúa como aislante requiriéndose hasta un 20% de consumo eléctrico extra.

· Comprar alimentos de temporada y a ser posible producidos en vuestra localidad o no demasiado lejos. El transporte de mercancías es seguramente la principal causa del incremento de CO2 en nuestro país.

· Prefiere agricultura ecológica si puedes permitírtelo. La agricultura intensiva pierde al año cuatro veces más tierra de labranza que la ecológica.

· Guerra a la basura: recicla, reutiliza, repara. El papel, por ejemplo, es una de las principales fuentes de metano, gas partícipe en el efecto invernadero.

· Utilizar un pulsador doble (de descarga mínima y máxima) para el inodoro, y aprender a regular previamente el volumen de agua de la descarga girando la rosca que traen al efecto sustituyendo al antiguo flotador. No tirar de la cadena sin necesidad, y revisar que corta bien el flujo de agua.

. No demorar la reparación de grifos o sanitarios con fugas.

· Preferir diariamente ducha a baño, pues éste gasta muchísima más agua y energía.

· No deje los grifos abiertos mientras se lava los dientes, busca alguna cosa o espera a que salga el agua más caliente; si no tiene más remedio que hacer esto último acostúmbrese a tener un cubo a mano y aproveche para coger agua para regar, fregar u otro uso.


Transporte:

· Andar o usar la bicicleta o el transporte público. Recurrir al coche solo en casos extremos. Si la excusa para no usar la bici es tu falta de forma o las cuestas piensa en una bici eléctrica, pues las hay para todos los gustos.

. Piensa muy, muy en serio en ahorrar para comprarte un coche eléctrico -o, al menos, híbrido-. La generalización de su uso necesita primero de pioneros valientes como tú. No va a haber más puntos de recarga ni van a bajar los precios mientras no los pongamos de moda.


. En tu nueva casa instala en previsión de que puedas adquirir un vehículo eléctrico un enchufe de 16 A en el garaje o en tu plaza de aparcamiento comunitario.

En el trabajo:

· Apagar el ordenador cuando vayamos a dejarlo por más de 10 minutos (quizá en la hora del desayuno y, por supuesto, si nos ausentamos durante la comida). Un ordenador encendido "en espera" puede representar hasta un 70% de su consumo diario. Sí, sé que es difícil pero hay que hacerlo. Ya haremos otra cosa mientras esperamos a que se reinicie.

· Usa el agua y la electricidad como si tú mismo pagases la factura
.


- Sigue pensando cómo contribuir más...

2 comentarios:

  1. Una más:
    + Evitar el uso del ascensor: utiliza las escaleras siempre que puedas . Reduces consumo energético y además, harás un poco de ejercicio, que puede ser muy beneficioso para la salud (y para tu línea).

    A veces resulta difícil ser coherente y practicar lo que sabemos que deberíamos hacer; es más fácil escudarse en que, total, si lo hago sólo yo, no va a servir de nada.

    Y sin embargo...¡Cúantas veces me habré visto "arrastrada" hacia las escaleras por cierta compañera de trabajo ("ecóloga practicante") para poder seguir la conversación mientras volvíamos del descanso para comer!
    El buen ejemplo cunde.

    Por cierto, buen post y muy completo!

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  2. Acá a uno con la pobreza le toca ahorrar a las malas.¡Ja ja ja excelente artículo Cheno!

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