viernes, 9 de enero de 2015

RETRASAR NUESTRA EXTINCIÓN

Muchos de nosotros en nuestras ensoñaciones o en nuestros momentos de lucidez sentimos o asumimos que somos parte del universo, una parte ínfima del mismo pero una parte consciente.

Pero muchas veces no nos damos cuenta que eso implica que como tal, somos también parte de este planeta; la litosfera, la hidrosfera, la atmósfera, los animales, plantas y demás seres vivos, somos parte de un sistema interdependiente que evoluciona y se diversifica conjuntamente. Y en este planeta los humanos representamos actualmente una parte no ínfima sino una parte mayoritaria, porque hemos llegado a un punto en el que nuestras actividades tienen más repercusión sobre el sistema que las de cualquier otro componente.

En nuestras manos está seguir alterando la atmósfera, el agua, la tierra y la biodiversidad y ampliando nuestra población hasta un punto ya no muy lejano en el que nuestra supervivencia no esté asegurada y seamos forzosamente excluidos. Esta exclusión sería indiferente al resto del universo, pero como espécimen humano me produce una gran intranquilidad. 

Apelo al instinto de conservación de la especie para que intentemos retrasar lo más posible nuestra extinción.

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